domingo

Critica al inductivismo

Por Gabriel Boragina ©

Repasando algunas ideas de Karl R. Popper, creo importante rescatar la enorme importancia de su aporte en la profunda y medular crítica al inductivismo hecha en casi todas sus obras. Esta significación radica en que –a mi juicio- su reproche conmueve los cimientos mismos de la ciencia y tiene consecuencias, incluso, en nuestra vida diaria; en efecto, si nos analizamos, nos sorprenderá constatar que buena parte de nuestro pensar, de nuestro razonar y actuar, procede de una actitud inductivista.

Inspirado en sus conceptos, haré aquí una breve descripción de mi opinión sobre el inductivismo, que posiblemente, difiera en todo o en parte con la critica de Popper.

Mas adelante haré algunos breves comentarios sobre el pensamiento de Popper, en especial sobre su realismo y su objetivismo del que tengo algunas reservas.

1. Inductivismo

El inductivismo es una forma de autoengaño, que funcionaría mas o menos bajo el siguiente esquema: creo partir de un caso particular y llegar a conclusiones generales, sin embargo, no puedo considerar ningún caso particular sin tener una idea previa acerca del mismo, es decir, un concepto, y toda idea, en si misma, no es mas que una hipótesis; en otras palabras siempre que nos enfrentamos con un caso particular, lo hacemos bajo la luz de una hipótesis previa, lo que equivale tanto como a decir que, en toda situación, aplicamos un razonamiento hipotético deductivo, y nos engañamos cuando creemos (y decimos) que razonamos inductivamente.

Me parece importante aclarar que una cosa son nuestras ideas y otra es lo que pensamos acerca de nuestras ideas, es decir: la idea que tenemos de nuestras ideas, es raro que creamos en nuestras ideas o que las veamos como meras hipótesis; he observado que la mayoría de la gente trata sus ideas sobre casi todas las cosas, no como verdaderas hipótesis, sino como si fueran axiomas. Para afirmar esto, tomo como base la definición que de hipótesis nos da la RAE, a saber:

hipótesis. (Del lat. hypothĕsis, y este del gr. ὑπόθεσις). 1. f. Suposición de algo posible o imposible para sacar de ello una consecuencia.~ de trabajo.1. f. La que se establece provisionalmente como base de una investigación que puede confirmar o negar la validez de aquella. Real Academia Española © Todos los derechos reservados.

Según observo en la gente, corrientemente, extraen en el discurso consecuencias de premisas que no se toman como suposiciones, sino como certezas indubitables, es decir, como axiomas.

Veamos que la propia oración "caso particular" implica, en si misma, al menos dos ideas previas, la de "caso" una y la de "particular" la otra. Si no tuviéramos ningunas de estas dos ideas in mente, ni siquiera podríamos darnos cuenta de cuando estamos frente a un verdadero caso particular y cuando no lo estaríamos.

2. ¿Una o muchas?

Es un error creer que tenemos una sola idea de cada cosa, persona o asunto; no somos completamente sinceros con nosotros mismos cuando ligera -pero frecuentemente- afírmanos "sobre este tema mi idea es la siguiente" en realidad, sobre cada tema tenemos múltiples ideas y cuando creemos razonar inductivamente, en realidad aplicamos al caso que analizamos todo un bagaje de ideas previas que ya estaban en nuestra mente, sea en el plano consciente o inconsciente; cada idea que creemos tener, esta a su vez formada por múltiples ideas o sub ideas; ya Hume (cuyo pensamiento no seguimos fielmente) habló en su tiempo de ideas simples y complejas y en esto creo que la asiste razón; en realidad, nuestras ideas de las cosas son una síntesis de ideas previas. Conjeturo en una estructura de ideas, nuestras primeras ideas que se forman en la niñez podemos llamarlas primarias, son ideas muy simples, muy sencillas, elementales, a medida que vamos creciendo y aprendiendo, vamos agregando a esas ideas otras, un tanto más complejas, que siempre tienen elementos o rudimentos de nuestras ideas primarias, y así sucesivamente; a medida que avanza nuestra experiencia la complejidad de nuestras ideas -normalmente- va en aumento.

Como de lo anterior hacemos un hábito, habitualmente perdemos conciencia que cuando analizamos un caso no partimos de nuestra mente en blanco, sino que abordamos el tema con un gran bagaje de conceptos previos acerca del asunto en conjunto, o de sus elementos por separado; ergo, no es cierto que razonemos inductivamente, porque si así fuese, ello estuviese implicando que, cuando nos enfrentamos a una cuestión, lo hacemos sin ninguna idea in mente, y pretendemos afirmar que a partir del suceso nos empiezan a surgir ideas acerca del mismo; aseverar esto, equivale tanto como a decir que nuestra mente esta vacía antes del caso o situación, y que es una situación, cosa o persona determinada que de improviso irrumpe en nosotros, lo que nos hace generar ideas acerca de dicha situación, cosa o persona. Lo que, a mi modo de ver, no es correcto ni verdadero.

Esto sugiere fuertemente, que podría haber estado en lo cierto Descartes (y otros autores) cuando habló de ideas innatas, pero esta sugerencia no puede tener un grado de certeza que permita afirmarlo de manera concluyente; sea que adoptemos una actitud empirista o racionalista en relación con este tema, entiendo que ninguna de ellas puede hacernos decir que el inductivismo sea verdadero; sé que tanto el racionalismo como algunas variantes del empirismo son inductivistas, pero en el punto, me refiero, en forma concreta, al origen de las ideas y no al cuerpo total de ambas filosofías; por ello, afirmo que desde este punto de vista (origen de las ideas) ni uno ni otro deben –necesariamente- desembocar en el inductivismo.

3. Verdad

Naturalmente, que el hecho de que, en realidad, razonemos deductivamente y no inductivamente como podemos llegar a creer, no nos conduce de forma directa (ni siquiera aproximada) a la conclusión de que el resultado de nuestro razonamiento sea correcto, ni mucho menos verdadero. Nuestra cadena de razonamientos puede ser errónea y por ende, conducirnos a error en nuestras conclusiones.

La cuestión es que, como dijimos antes, cuando encaramos cualquier problema particular, a priori le aplicamos teorías que ya tenemos en el pensamiento, esas teorías, por regla general, salvo en personas de mente amplia, son bastante estrechas, y en su mayor parte, están compuestas de prejuicios y estereotipos (en rigor, opinamos que un conjunto de prejuicios forman un estereotipo, pero a nuestros efectos, no tiene demasiada importancia distinguir o asimilar unos y otros). La mayoría de las veces no somos plenamente conscientes que estamos manejando verdaderas teorías, y en el lenguaje coloquial cuando tenemos que referirnos a ellas, las llamamos convicciones, ideas, creencias, principios, etc. incluso en alguno que otro caso, solemos aludir a ellas como teorías.

Los errores que cometemos al razonar no vienen dados, entonces, porque lo hagamos inductivamente, ya que como hemos visto, aunque creamos que razonamos de dicho modo, en realidad lo hacemos del contrario, es decir, deductivamente, y erramos, porque nuestras hipótesis o puntos de partida son erróneos y generalmente nos negamos a considerar otros diferentes, esto forma parte de una tendencia psicológica que nos hace creer, prejuiciosamente, que lo que creemos es, a priori, correcto y que llegamos a creerlo, porque era exacto desde un comienzo, y por tal motivo, lo aceptamos como cabal; esta convicción, dificulta enormemente la plasticidad y flexibilidad necesaria para aceptar otros puntos de vista alternativos al nuestro, como probablemente ciertos, por ello se observa, en muchas personas, especialmente aquellas cuya soberbia, arrogancia y pedantería los desborda, una barrera infranqueable a considerar siquiera opiniones disyuntivas a las suyas.

A mi modo de ver, entre muchos otros, F. A. Hayek desarrolla una tesis muy similar a esta, en su libro "La fatal arrogancia" que lleva por sugestivo subtitulo: o los errores del socialismo y –por otros caminos- se entronca con lo que explica Popper cuando analiza los casos del marxismo, el psicoanálisis freudiano y la psicología de Adler. En términos popperianos, se tratan de doctrinas cerradas que se consideran a sí mismas completas y ajenas a toda critica y menos aun pasibles de autocrítica, en el caso peculiar del marxismo, que es el que por mis estudios conozco mas de cerca que otros, aquellos que contra el dogma se atrevieron a hacer autocrítica del marxismo dejaron de ser marxistas, no conozco realmente casos de marxistas que luego de una profunda autocrítica del dogma hayan seguido en sus filas. Cuando hablo de autocrítica, me refiero a cuestionar los cimientos de un sistema y no, a lo que en la mayoría de los casos, no es mas que un efecto cosmetológico. He leído y escuchado algunas autodenominadas "autocríticas" marxistas que no eran tales, sino que en rigor, no se trataban mas que de recomendaciones para mejorar un poco la cosmética del dogma, o en términos más gráficos: podar algunas hojas de las ramas mas alejadas del tronco, pero nunca rever a fondo las raíces del árbol.

4. Popper

Si bien Popper aparece descripto como un fervoroso objetivista yo creo que hay una buena dosis de subjetivismo en sus tesis y esto es inevitable, tanto en Popper como en todos nosotros, en razón de lo que aquí llevamos dicho; si al analizar una cuestión o suceso particular lo hacemos bajo el foco de nuestros prejuicios o ideas preconcebidas, parece casi inevitable que las conclusiones a las que llegamos muchas personas sobre un mismo asunto, sean indefectiblemente diferentes; en efecto, partiendo de conceptos disímiles los resultados solo por casualidad podrían llegar a ser coincidentes. Por el momento, creo que no hay escapatoria ni filosófica ni psicológica al subjetivismo.

Refuerza lo dicho, que también hay una fuerte dosis de relativismo en Popper (aunque él reniega abiertamente del relativismo), ya que no queda muy claro en su doctrina, como podemos saber que una teoría es falsa si a su vez, nos dice que nos es imposible conocer la verdad, excepto aproximadamente, para lo cual introdujo las nociones de corroboración y verosimilitud. Resulta extraño -o al menos curioso- que consigamos saber que es "lo falso" sin poder saber que es "lo verdadero", de allí que, sabiéndolo o no, creo que Popper cae en una suerte de relativismo, a pesar de que expresamente rechaza toda posición relativista. Si no logramos conocer la verdad, tampoco tenemos posibilidad de conocer la falsedad porque no habría con que contrastarla para poder identificar una y otra.

Tampoco me parece acertada la critica del Opus Dei[1], en cuanto dice (en referencia a Popper):

Es más sencillo admitir que se da en el hombre un margen de conocimientos verdaderos, que convienen a su dignidad racional. Sobre cualquier verdad es posible discutir, porque siempre contendrá aspectos en los que cabe profundizar, pero al mismo tiempo el hombre puede llegar a conocer inconmoviblemente algunas verdades fundamentales, con las que puede guiar su vida en los aspectos más importantes.[2]

No sé si el crítico es relativista pero el párrafo trascripto rezuma relativismo puro: algunas verdades fundamentales implicaría que habría otras verdades no-fundamentales (algunas o muchas) con lo que el critico (J.J.S.[3]) cae en un relativismo similar (aunque de distinto grado) del que acusa a Popper. En cualquier caso, parecería que el critico –a diferencia de Popper- si ha llegado y alcanzado el conocimiento de la verdad, en tanto Popper aparece como mas humilde, al sugerir que la verdad absoluta no puede obtenerse.

Es decir, si bien el misterioso J.J.S. posiblemente esté creyendo estar afirmando una verdad evidente por si misma, en realidad, ha formulado un enunciado relativista. En lo único que parece coincidir con Popper (sin que posiblemente se de cuenta) es en que Popper también hace aserciones relativistas creyendo que no lo son.

Yo creo que no hay salida al relativismo, y observo que tanto Popper como sus críticos –aun abominando de todo relativismo- caen en él. Presumo que la única escapatoria válida del relativismo es la afirmación lisa, llana y contundente acerca de la existencia de una verdad única y absoluta; de momento que si se admite mas de una verdad –y para peor, se les califica de "fundamentales" implicando la existencia de grados entre diferentes tipos de verdades- eso para mí es claramente relativismo.

Aun así Popper, lleva ventaja sobre sus críticos, ya que el cuerpo total de sus tesis es mucho más coherente que las objeciones que ha recibido, si bien, algunas criticas son acertadas, aunque tan inconsistentes como lo que pretenden criticar.

5. Observación

Por lo demás, resulta falso que de la mera observación se deduzca nada, la observación sin mas, sin análisis mental con que conceptualizamos el fenómeno observado, no produce deducción de ningún tipo. No es la observación la que genera deducciones, sino que es la conjugación entre la observación y la reflexión de donde se derivan las inferencias. Como dijimos antes, juegan un papel fundamental las ideas previas que ya poseemos sobre el fenómeno analizado o bien sobre los elementos o accidentes que lo integran. Es de este conjunto de donde se derivan las consecuencias y no de una simple y sencilla observación; la observación como acto aislado y carente de contenidos mentales, no conduce a nada, a ninguna conclusión, ni siquiera produce ningún fenómeno mental si antes no tenemos en la cabeza conceptos, aunque sean muy sencillos y elementales.

Lo dicho, sin embargo, deja a salvo el planteo de Hume que no parece para nada descabellado, y que -creo- que debe tomarse con mucha seriedad en las discusiones filosóficas en general, lo que hasta aquí he dicho, entiendo que resulta aplicable, ya sea que se parta de un supuesto filosófico empirista o bien, racionalista.

Lo criticable quizás del empirismo, sobre todo en Hume, es dejar de lado el factor racional, factor este que estimamos muy importante; la filosofía empirista casi transforma al hombre nada mas que una mera suma de percepciones, y en este sentido, nos apartamos del empirismo y nos sumamos al racionalismo cartesiano, del que rescatamos la duda metódica.



[1] Me refiero a una recensión que aparece en el sitio de la nota siguiente y que solo figura firmada por las iniciales J.J.S. el sitio parece ser del Opus Dei.

[2] Fuente : http://www.opuslibros.org/Index_libros/Recensiones_1/popper_pos.htm

[3] Ver notas precedentes. Podría ser Sanguinetti, pero no lo puedo afirmar concluyentemente.

1 comentario:

Lea Wellington dijo...

Creo totalmente en lo que dices, muy buena publicacion me ha servido de mucha ayuda, gracias

Lea